Ni urbana ni suburbana, la Urburb, es un mosaico fragmentado de cien años de planificación modernista en Israel: ciudades-jardín a principios del siglo XX, la vivienda social de mediados de siglo y genéricos, tipologías residenciales de gran altura de las últimas dos décadas. Estas mutaciones residenciales dominan el paisaje israelí contemporáneo, expandiéndose y sustituyendo los tejidos existentes, en un ciclo repetitivo sin fin.
La fuerza impulsora en la planificación y construcción del nuevo país era esencialmente anti-urbana. Desde los primeros asentamientos judíos del siglo XIX, la ciudad nunca fue una opción. El Plan Maestro inicial de 1951, de Ariel Sharon, estaba dirigido a desarticular los centros urbanos y repartir a la población en numerosos pueblos prefabricados, a menudo construidos en zonas rurales. Estas nuevas ciudades escasamente pobladas a menudo adoptaban planes urbanos arbitrarios que carecían de cualquier forma de vida en la calle. El Plan Sharon trató de acelerar un proceso histórico de largo plazo en una década heroica. De hecho, más de cuatrocientos pueblos se levantaron rápidamente de acuerdo a las directrices del Plan.
Este enfoque de arriba hacia abajo es emblemático no sólo para el ideal sionista de la planificación centralizada, sino también para el deseo modernista de reformar y reinventar el presente constantemente. El paisaje híbrido de Israel manifiesta las demandas conflictivas de la máquina modernista: crear pequeñas comunidades igualitarias, mientras se acomodan las grandes y diversas poblaciones, continuar la expansión mientras se acota la ciudad, y reconectar con la tierra, pero a través de un sistema de planificación que trata a la superficie como una hoja de papel en blanco.
Urburb, es un neologismo que se refiere a la malla actual de la expansión urbana y suburbana, es más que un fenómeno arquitectónico, es un estado mental y una forma de vida. Hoy en día, a raíz de los cien años del movimiento moderno, es el momento de explorar su dinámica y entender la vida que ha fomentado.
La instalación explora estos temas, no sólo a través de la información expuesta, sino también a través de su conmovedora puesta en escena. El visitante entra en un sitio de construcción moderno, lleno de máquinas automáticas que dibujan sobre la arena, borran y dibujan de nuevo. Cada escenario toma unos tres a cinco minutos, y cada impresora presenta algunos escenarios agrupados bajo un solo tema; sobreplanificación, la evolución de los edificios, lenguaje de patrones, y borran e imprimen la dinámica.
La exposición fue curada por Ori Scialom, Dr. Roy Brand, Keren Yeala Golán y Edith Kofsky.